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20 Sé muy bien cuán grande ha sido mi pecado. Por eso he querido ser el primero de toda la tribu de José en saludarle.

21 Abisay hijo de Sarvia exclamó:

―¡Simí merece la muerte por haber maldecido al ungido del Señor!

22 ―No hables de esa manera —exclamó David—. Este no es día para castigar, sino día de celebración. Una vez más soy el rey de Israel.

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